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¿Cuál es la relación del cáncer con la diabetes y su alimentación? Experta responde a estas dudas

El cáncer podría tener relación con la diabetes y su alimentación, checa lo que dice experta la respecto para mejorar


El mes de octubre es el momento en que aprovechamos, de manera mundial, en crear conciencia en torno a una de las enfermedades que mayor mortandad ha causado en la población mundial. Sabemos también que las mujeres que viven con diabetes tienen hasta un 23% de probabilidad más alta de padecer cáncer de mama y un 38% más de riesgo de morir a causa de esta enfermedad en comparación con aquellas mujeres que no viven con diabetes.

No obstante, no se ha podido determinar claramente si la diabetes es origen de desarrollar cáncer de mama en esta relación. Al respecto, comenta Arlette Ramírez, licenciada en nutrición y educadora en diabetes de BD Ultra-Fine: “Resulta indiferente si se padece diabetes tipo 1 o tipo 2, ya que eso no interviene con las probabilidades de desarrollar cáncer de mama. Vivir con diabetes sí incrementa las probabilidades es en el riesgo de fallecer por este tipo de cáncer si los niveles glucémicos en la sangre no se encuentran bajo un control adecuado”.

A grandes rasgos, la relación entre ambas enfermedades se debe a que la hiperglucemia crónica contribuye directa o indirectamente en la proliferación de células cancerosas, la apoptosis (destrucción o muerte celular programada por el mismo organismo con el fin de controlar su desarrollo y crecimiento) y la metástasis (propagación de un foco canceroso a un órgano distinto de aquel en que se inició). Por tal motivo, la experta destaca la importancia de tener un diagnóstico oportuno de diabetes y así reducir la probabilidad de complicaciones que agraven el estado de salud de la paciente.


Es preciso recurrir a losbde la diabetes: alimentación saludable y balanceada, activación física (en medida de lo posible) y tratamiento farmacológico, donde la insulinización temprana ayudará a lograr los objetivos de control. Por tal motivo es importante seguir un plan de alimentación adecuado, comidas saludables y programadas, mantener equilibrados los niveles de glucosa, además de aportar los nutrientes necesarios durante el tratamiento contra el cáncer.

Para ambas situaciones, combinadas o no, es primordial mantener un peso saludable y mantenerse lo mejor nutridos lo más posible, Arlette Ramírez hace las siguientes recomendaciones generales (sin perder de vista la supervisión médica necesaria y los requerimientos nutrimentales de cada persona):

1. Es favorable que la alimentación cotidiana sea variada para obtener diversos tipos de nutrientes constantemente. Balancear de acuerdo con cada requerimiento individual todos los grupos de alimentos.

2. Integrar alimentos ricos en fibra, por ejemplo, en las frutas: manzana con cáscara, fresas, frambuesas, pera, plátanos. En las verduras: chícharos hervidos, zanahoria cruda, brócoli hervido, papa con cáscara al horno.

3. Se pueden incluir minerales como el calcio a través de productos lácteos sin grasa (o bajos en grasa), sardinas, verduras de hoja verde oscuro y brócoli. El potasio lo encontramos en plátanos, jitomate, espinacas, nueces y melón.


4. Vitaminas como la A la podemos obtener de zanahorias, leche y huevos. La vitamina C de frutas cítricas como naranjas, mandarinas, toronjas, limones, fresas, kiwis y también de pimientos (rojos o verdes) y brócoli. La vitamina E la encontramos en el aguacate, semillas, espinacas, nueces y verduras de hojas verde oscuro.

5. El nopal es un super alimento, que además de sabroso y versátil, es rico en vitaminas (como la A, complejo B y C), minerales (como hierro, sodio, magnesio, potasio) y fibra.

6. Elegir carnes magras, ya que son bajas en grasa. Las formas más recomendables de cocinarlas son asadas o al horno, evitando lo mayor posible freírlas. Se recomienda moderar cantidades y frecuencia de consumo en la carne de cerdo, de res, el cordero y la ternera, ya que, aun siendo cortes magros, contienen niveles de colesterol y grasa más altos.

7. La pechuga de pollo brinda grandes cantidades de proteína y es bajo en grasa, además de que puede prepararse de muchas formas para dar variedad a la dieta. Evite freírla.

8. Pescados grasos como el atún y el salmón son una magnífica fuente de omega-3. Se recomienda sean horneados, asados o cocinados al vapor. El pescado fresco se reconoce por tener un color claro, huelen a limpio y su carne es firme con cierta elasticidad. Si se eligen enlatados, que sean bajos en sodio.

9. Frijoles, garbanzos, lentejas y frutos secos como nueces, pistaches, almendras o avellanas son fuentes de proteína que no vienen de carne.


10. Una hidratación adecuada es fundamental. Beber de 1.5 a 2 litros de agua diario, o lo que el cuerpo necesite. Tal vez se necesite de sueros o algún otro tipo de soporte que sólo los expertos podrán indicar.

11. Tal vez se requiera del apoyo de complementos o suplementos alimenticios en caso de no recibir las cantidades suficientes de vitaminas, minerales, proteínas, etc. por medio de los alimentos únicamente.

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