Inma Cuesta, miembro de la Comisión Nacional que asesora al Ministerio de Sanidad en la vacunación, advierte que no es algo inusual la aparición de alguna adenopatía.
La adenopatía es una de esas afecciones que no estaban en el lenguaje habitual de la gente antes de la pandemia; fuera de profesionales médicos o estudiantes, muy pocos ciudadanos podía definirla. En los últimos meses, ese hecho ha cambiado un poco, dado que la adenopatía o linfadenopatía es uno de los síntomas más habituales de quienes reciben las dosis de refuerzo de la vacuna frente a la covid, especialmente con la que se está administrando ahora, la de Pfizer (Comirnaty).
Los números no son preocupantes, pero esta enfermedad consistente en una inflamación o aumento del tamaño de los ganglios linfáticos sigue presente en la nueva dosis de recuerdo, la cuarta para la mayoría de la población inmunizada con la pauta completa y las dosis de recuerdo.
Como la actual campaña de vacunación favorece la doble inyección frente a gripe y covid, se temía que este problema se acentuara. La doctora aragonesa Inma Cuesta, pertenece a la Comisión Nacional que asesora al Ministerio de Sanidad en la vacunación; Cuesta aclara que las reacciones generadas hasta la fecha no se salen de lo normal: dolor muscular más acentuado en los brazos, dolor en la zona de inyección, fiebre leve y algo de cefalea. Y que "la aparición de alguna adenopatía o inflamación de los ganglios linfáticos no sería algo inusual”.
En cuanto a las adenopatías, aparecen en áreas con mayor concentración de ganglios linfáticos, como la zona occipital y las áreas supraclaviculares en el cuello. También son comunes en las axilas e ingles, y se trata de una reacción normal ante una vacuna de la covid o de la gripe; pasó bastante en la vacuna frente a la gripe porcina, por ejemplo.
Los ganglios linfáticos.
Hay un estudio del New York Presbyterian y la Columbia University Irving Medical Center al respecto, relacionando además estos ganglios agrandados con la alarma por cáncer de mama. La doctora Elise Desperito, jefa de la Breast Imaging Division del Presbyterian y docente de la Columbia, aclara que “tener los ganglios linfáticos agrandados es una reacción normal a la vacuna, pero puede parecer sospechosa en las mamografías y otras pruebas de detección del cáncer. Se agrandarán temporalmente y volverán a su tamaño normal después de unas semanas”. Si hay una duda razonable, por tanto, la recomendación médica es hacerse una exploración.
Desperito aclara que “los ganglios tienden a hincharse cuando reaccionan a una infección bacteriana o viral. Debido a que las vacunas contra la covid-19 provocan una respuesta inmune, pueden causar una reacción similar”. También señala que “las glándulas inflamadas generalmente aparecen en el lado del cuerpo donde se administró la vacuna, por ejemplo, los ganglios de la axila izquierda en pacientes que recibieron la inyección en el brazo izquierdo.
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