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Reforma Judicial ¿Reformar o deformar?

En un país de libertades consagradas en nuestra Carta Magna, en un país que vive  - otra vez – una etapa de partido único, en un país donde la oposición al gobierno no son los partidos políticos sino diferentes grupos de la sociedad civil: madres de desaparecidos, empresarios y ahora trabajadores de base e integrantes del poder judicial, es saludable manifestar de manera pública – sin represalias de por medio por parte del poder – sus puntos de vista sobre temas de interés general, ¿Quién se ofende por eso?


El pasado 2 de junio el pueblo decidió darle una mayoría legislativa a la alianza “Sigamos Haciendo Historia” pero también decidió dar su respaldo popular a la alianza “Fuerza y Corazón por México”, ¿acaso el Congreso de la Unión no es la voz del pueblo? ¿Acaso la victoria electoral es sinónimo de escuchar una sola voz? ¿Quién gana con las “vencidas” entre el poder judicial contra el poder legislativo y ejecutivo?


La realidad es que entre el pueblo bueno se respira una indiferencia ante este conflicto entre poderes del Estado, la realidad es que entre los temas de interés público como la integración de la próxima Cámara de Diputados y la reforma judicial que pronto se dictaminará parece que es más interesante qué sucede en la “Casa de los Famosos”, es necesario que las partes involucradas sin tanto rollo y sin falsos patriotismos, digan de cara a la nación – de acuerdo a sus intereses legítimos – en que beneficia y en que perjudica esta reforma a la vida democrática del país, es necesario que se deje en claro que ni es producto de un revanchismo político pero tampoco es la defensa de privilegios inconfesables.


Lo cierto es que la división de poderes debe ser una realidad en México, una cosa es el respaldo de una mayoría legislativa al Proyecto de Nación que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador y otra es una subordinación grosera de quienes presumen que no son iguales a los de antes, ¿por qué no se habla de la farsa de presumir que existen las Fiscalías autónomas? ¿Por qué no se habla de la corrupción y la universidad del crimen que existe en cada reclusorio del país? ¿Por qué no se habla de las carencias que existen en los juzgados de México? ¿Cuáles son las medidas que se piensan implementar para que la justicia sea verdaderamente “pronta y expedita”?


La realidad es que en las calles existe una inseguridad pública que hay que atender y resolver, la realidad es que los grupos de la delincuencia organizada tienen a sus abogados con relaciones profesionales y personales con integrantes de las élites en la impartición de justicia, lo cierto es que la imagen pública de las elites impartidoras de justicia es cuestionada con o sin razón desde Palacio Nacional, ¿por qué el poder judicial no cuestiona al poder ejecutivo? ¿Por qué el poder judicial no confronta con argumentos jurídicos al poder legislativo en las plazas públicas? ¿Por qué tanto linchamiento mediático de 2 poderes a un poder? Lo saludable de estos momentos históricos que vive México es que los temas públicos son cada vez más públicos y el verdadero reto - más allá de discursos mañaneros - debe ser que exista un verdadero Estado de Derecho en nuestro país y ahí no hay excusa que valga, la tarea es responsabilidad de los 3 poderes de la Unión.


¿Por qué los diferentes sectores sociales que no están de acuerdo con la reforma judicial impulsada desde palacio nacional no se confrontan de manera directa con el poder ejecutivo? Fuera máscaras, ¿Con sus discursos titubeantes y desplegados periodísticos defienden la independencia del poder judicial o defienden sus intereses de grupo? Lo cierto es que de manera clara y concreta se deben de dar los debates públicos pero sin simulaciones, ¿Por qué no van a la mañanera un grupo de integrantes del poder judicial – de todos los niveles jerárquicos – a dar sus puntos de vista más allá de diferencias ideológicas? ¿Poner a votación los nombramientos de jueces, magistrados y ministros fue el mandato de los que votaron por la alianza oficial? ¿Acaso no es necesario debatir aún más una reforma que tendrá un impacto en diferentes aspectos de la impartición de justicia?


La profesionalización, el mérito académico, la buena fama pública y un sistema de “premios y castigos” a quienes respectivamente enaltecen y lastiman la imagen del poder judicial debe ser parte fundamental de toda reforma judicial por el bien de todos, la verdadera transformación consiste en pasar del discurso histórico que se ha presumido a una realidad social que daña la sana convivencia, es cierto, hay un cansancio social ante la mala fama pública que en diversos momentos …se ha ganado el poder judicial. ¿Reformar o Deformar?

P.D.-Con el ánimo que el verdadero interés de una reforma sea desaparecer la corrupción en todos sus tipos que se pasea en los pasillos del Poder Judicial y no la desaparición de la división de poderes consagrados en la Constitución…Escribiré otro día.

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