Samuel Aguirre Ochoa
El día de hoy quisiera referirme a un importante artículo escrito por el escritor, periodista e investigador cubano Hedelberto López Blanch, publicado el 16 de julio del presente año en el portal web www.rebelion.org, titulado “BRICS por fortalecer la economía y el mundo multipolar”, en el que se aborda la importancia que tuvo para el desarrollo del mundo y para un mejor porvenir de la humanidad la realización de la XIV Cumbre del BRICS durante los días 23 y 24 del pasado mes de junio.
Esta alianza formada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica llevó a cabo su reunión de forma virtual, en su sede en Beijing, China y el objetivo principal de este año fue “fortalecer y ampliar un mundo multipolar que facilite el avance de las economías emergentes, así como incrementar la participación de más países en el bloque y explorar la creación de una moneda única”.
En palabras del autor del artículo, el BRICS, es “una asociación económico-comercial intergubernamental informal cuyo objetivo es reforzar la cooperación multilateral”. Según datos del Banco Mundial los países integrantes del bloque representan a nivel mundial el 43 % de la población del planeta, el 25 % del Producto Interno Bruto mundial, más del 18 % del comercio global y el 28 % de extensión territorial.
Por lo que, sin duda, representan una fuerza económica muy importante y es que, como indica el investigador, “mientras Estados Unidos y la Unión Europea se desgastan en aplicar extorsiones, llamadas eufemísticamente ‘sanciones’ contra Rusia y otras naciones que no siguen sus dictámenes, el BRICS avanza en programas de desarrollo, de integración económica y de comercio beneficioso para sus miembros”. Por lo que desde hace varios años se han venido posicionando como un importante bloque económico y político frente a los métodos de coacción y sometimiento del imperialismo estadounidense y su brazo militar, la OTAN, frente a los países débiles del planeta.
“Durante el discurso inaugural del evento, el presidente de China, Xi Jinping afirmó que, a lo largo de los últimos 14 años, pese a los oleajes impetuosos y las tempestades, el gran barco del BRICS, surcando las olas, ha venido avanzando con determinación, abriendo un curso acertado de apoyo mutuo y cooperación de ganancias compartidas.
[El presidente chino] sentenció que en los momentos actuales ‘necesitamos solidarizarnos y salvaguardar la paz y la tranquilidad mundial. En nuestro mundo de hoy, no se han despejado las sombras de la mentalidad de Guerra Fría y la política de la fuerza, a las que se suma la constante aparición de las amenazas de seguridad tradicional y no tradicional”.
En clara alusión a Estados Unidos y a la OTAN, aunque sin mencionarlos “[Xi Jinping] añadió que algunos países intentan obtener la seguridad absoluta mediante la ampliación de las alianzas militares, fraguan la confrontación entre bloques coaccionando a otros países a tomar partido, y procuran la supremacía unilateral a expensas de los derechos e intereses de otros. Si se da rienda suelta a esta tendencia peligrosa, el mundo se volverá aún más turbulento e inseguro”.
Por su parte, el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, dijo “que estas naciones están explorando la creación de una moneda de reserva internacional basada en una canasta compuesta por reales, rublos, rupias, yuan y rand, como esfuerzo por desarrollar una alternativa a los acuerdos internacionales dominados por el dólar estadounidense”.
Esto último supondría disputarle directamente la hegemonía económica al imperialismo norteamericano que, desde hace más de 70 años, tras la Segunda Guerra Mundial, impuso al mundo entero el uso de su moneda, el dólar, como el equivalente general de las mercancías para el comercio internacional, por lo que la utilización de una moneda distinta ayudaría a eludir las sanciones unilaterales y abusivas que impone a los países que no se someten a sus designios y sería una forma de debilitarlo.
El artículo citado refiere que Putin señaló que esto “será un paso monetario decisivo para cambiar el liderazgo mundial y desbloquear una nueva ola de desarrollo económico con diversidad de transacciones”.
Finalmente, Hedelberto López, refiere que otros dos países solicitaron su incorporación oficial al bloque económico durante la XIV Cumbre del BRICS: Argentina y la República Islámica de Irán. En el caso de la primera, su presidente, Alberto Fernández, realizó una intervención virtual durante la Cumbre y dijo que su país “es proveedor seguro y responsable de alimentos, tiene reconocimientos en el ámbito biotecnológico y en tecnología logística aplicada. Argumentó que saben suministrar servicios y formar especialistas para que otros países hagan crecer su eficiencia productiva y mejoren la calidad de vida de sus habitantes, a la par que incursionan en la explotación del litio, hidrógeno verde y otras energías renovables”.
El ministro del Exterior ruso, Serguei Lavrov, aseguró que ambos países son “candidatos dignos y respetables”, por lo que indicó que el proceso de incorporación ha iniciado formalmente. Sin duda su incorporación al bloque lo fortalecerá enormemente y permitirá que otras naciones en desarrollo en América, Asia y África se acerquen a los BRICS.
La importancia de este bloque económico es tal, que “la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) significó que los BRICS están preparados para liderar la erradicación del hambre y la pobreza mundial en 2030”.
Los BRICS, con sus enormes capacidades aceleran los pasos de un mundo multipolar. Por lo que su fortalecimiento es, sin duda positivo, para las clases trabajadoras del planeta entero, pues el imperialismo norteamericano con su hegemonía económica, política y militar es el responsable del saqueo de recursos naturales de las naciones empobrecidas del planeta y del recrudecimiento de las condiciones de explotación de los obreros y campesinos, del aumento de la pobreza, el desempleo y la violencia.
El surgimiento de un mundo multipolar, encabezado por el BRICS y los países que se le incorporen, suponen una esperanza para la humanidad. Quizá sea un paso decisivo en la futura construcción de un mundo en el que no domine el afán de ganancia exacerbada ni exista la explotación de unos cuantos hombres sobre otros, aunque ciertamente la tarea de construir una mejor sociedad, más justa y próspera para todos, solo corresponde a los trabajadores organizados y conscientes de cada país en el planeta.
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