Quien ha tenido mucha participación en las comparecencias es el diputado local Héctor Yunes Landa, del PRI.
No todas ellas, por cierto, afortunadas.
Se ha enfrascado en discusiones estériles y en señalamientos y preguntas que, aunque se les explica con peras y manzanas, parece o no entender o sencillamente está decidido a plantarse en su idea pese a que la explicación es clara. Así sucedió en su intervención en la comparecencia del Secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, quien pese a que le explicó con bolitas y palitos el tema de la deuda, Héctor prefirió quedarse con su versión.
Pero en la comparecencia que las cosas subieron de tono fue en la del Secretario de Gobierno, Carlos Alberto Juárez Gil, a quien comenzó haciendo señalamientos mordaces de un presunto enriquecimiento inexplicable.
Dicha intervención fue reconvenida por la presidenta de la Comisión, la diputada Dorheny García Cayetano, quien le tuvo que invitar en más de una ocasión a que se constriñera a las reglas establecidas para las comparecencias y que no se extralimitara haciendo alusiones personales.
Pero el punto álgido no se dio solo entre Dorheny y Héctor, sino porque fuera de cuadro, la voz alterada de Héctor Yunes Landa retumbó en el recinto al llamar “cobarde” a un asistente invitado a la comparecencia por un señalamiento inaudible.
Tiene razón Don Héctor, la Cámara es la casa de los diputados y se les debe respeto, pero parece olvidar que el Congreso también es la casa del pueblo, y por más que se le haya gritado, él es un diputado y por tanto debe cuidar más la investidura legislativa. ¡Ojo ahí!
¡EL PESO MEXICANO JUEGA A LAS VENCIDAS CON EL DÓLAR!
Los agoreros del desastre que veían que el peso caería libre luego del triunfo de Donald Trump; o por la preocupación expresada por Justin Trudeau con relación al TMEC; o las declaraciones de Ken Salazar en contra la Reforma al Poder Judicial y sus críticas a la negativa de México de recibir ayuda en la guerra contra el crimen organizado… pues esos agoreros de las tempestades continúan esperando a que el peso caiga para gritar “¿Ya ven? ¡Se los dijimos! ¡Que nos íbamos a convertir en Venezuela!”.
Justo el miércoles de la semana pasada, cuando se supo que Donald Trump había ganado las elecciones de los Estados Unidos, el peso mexicano rebasó la barrera psicológica de los 20 pesos con una caída marginal del 3%, llegando a cerca de 20.60 pesos por dólar. Muchos desenvainaron las espadas y sacaron del cajón los viejos libros de Economía, señalando que era el principio del fin porque el “güero” nos odia y que a México nos iba a ir mal.
Sin embargo, el peso resistió.
Después de ese inicial deslizamiento, el peso ha tenido días de apreciaciones y fortalecimiento. Este martes 19 de noviembre tuvo su quinto día consecutivo de recuperación y aunque hubo vaivenes durante el día, al final cerró en 20.10 pesos por dólar.
Y este miércoles 20, tuvo una ligera caída y cerró en 20.32 pesos por dólar. Sin embargo, la moneda mexicana se mantiene fuerte y atractiva, pese a que la gobernadora del Banco de México señalara la semana pasada que podrían venir más recortes a las tasas de interés debido a la disminución de la inflación presentada en el país.
El peso hoy, continúa fortachón.
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